lunes, 11 de enero de 2021

Una gran lectura El Cid, de José Luis Corral.

 

Hace unos días leí este magnifico libro, donde detalla la historia de Rodrigo Diaz de vivar. 

Cuando tenia 14 años y quizá fueran menos, gracias a mi profesor de gimnasia empece a leer textos en castellano antiguo, me maravillo como eran los primeros textos en nuestra fantástica lengua. Había por aquel entonces en nuestra ciudad muchas exposiciones sobre textos antiguos. Sabéis lo que es pasear por el casco viejo de una ciudad milenaria como es Córdoba, y poder leer antiguos textos con quinientos años de antigüedad, las primeras veces tomaba apuntes y mi querido maestro Paco Ortiz , me ayudaba con aquellos jeroglíficos, pero esa labor me fue enseñando a ver lo que aquellos antiguos querían decir, y como expresaban nuestra lengua. Tengo un recuerdo de no hace mucho sobre una exposición sobre un tal Luis Fernandez de Córdoba, la gente lee un libro milenario como es el arte de la guerra de Sun Tzu, yo leí la disposición de la artillería en la nueva guerra, curioso donde nos lleva la vida y que nos encontramos, por cierto también e leído el arte de la guerra, esa afición, me ha vuelto después de leer el libro del profesor Corral.

La vida del hombre de frontera de aquellos siglos debió  de ser como una parte del infierno en la tierra, si no cultivabas no comías, si no defendías esos cultivos no comías, y así tenias unos de los momentos mas duros que se pueden sufrir eso siendo un simple ciervo.

Tampoco era fácil para un Sr, cuando no te tocaba defender tus tierra, te tocaba ayudar a tu rey, así que la vida era corta y muy dura, daba igual la clase, miro esos años con una mirada aséptica, si lo miro con los ojos de un hombre moderno, los vería como asesinos brutales, leyendo ves que no era así, como diría Reverte, fueron los años que les tocaron vivir.

Hoy leo comentarios de gente que no se para a ver, ni pensar que habrían echo ellos, y en mi caso lo se, seria simple, intentar vivir lo mas posible.

Para ir cerrando, leer el libro del Sr Corral, me aclara muchas partes del cantar de los cantares, y me quedo con la alegría de que esas rutas del Cid, las e visto con mis propios ojos, algo que hoy en día aun toma mas valor, tengo pendiente la visita al monasterio de San Pedro de  Cardeña, tiene que ser una visita muy especial, son nuestros héroes, hagamos-los grandes, pero no revises, ponte en su lugar.  

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