Mochila en mano bocadillos listos y toca hacer el viaje, unos 80 km nos separa de la visita, en la que se incluía una visita a la famosa cueva de los murciélagos, es curioso lo que había en la cueva, 700 escalones para, que no te de tiempo aburrirte, alguna pintura de la cabra hispánica, y su historia, miles de años acumulados, y un enterramiento extraño a casi 100 metros de profundidad, si no te lo cuenta o te dicen q es algo que se sale de lo común, no lo piensas, creo que lo veríamos normal, la cueva te hace subir a mil metros de altitud, donde las vistas aun mejoran mas.
La plaza del castillo es una obra muy bien cuidada, con una incorporación de los elementos arquitectónicos restaurados a los primitivos, cosa que le da un gran toque de luz, brillo y muy de tener en cuenta limpieza, esto nos hizo disfrutar de grandes momentos, tengo que decir que mi momento fue junto a la cueva, un rato tumbado viendo el cielo, sin pensar y viendo nubes, que cera estas del cielo, jijiji mi paseo particular por las nubes.
Esa es la parte personal la que nos hace visitar, pero ir a un pueblo con una villa muy turística y que los lugares emblemáticos como el patio de armas del castillo y la visita al interior se encuentren cerrados, creo y entiendo que la gente va a esos lugares en días festivos, no laborales, como siempre perdemos, turismo por no cambiar los días laborales, si trabajas en un museo, lo normal es que tu jornada gire entorno a los días de visita, en fin y que el guía de la cueva no sea una grabación, hace que la visita sea un plastón, la idea de alquilar bicis, etc es muy buena, la gente de la cantina, se lo deben de hacer mirar, el ser esaboríos no hace que vallan a volver, el sector servicios, y eso es lo que da trabajar en un bar restaurante etc.
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