sábado, 5 de marzo de 2011

Córdoba-Villa del Río, por los famosos 16 km, duros, duros.


Hoy la salida ha sido muy competitiva, 120 km con media de 32, en un terreno duro, muy duro, en Villafranca hicimos la escapada, Zurita, Carmona y Fran de Toro, fuimos a relevos muy bien compenetrados, sin ningún escamoteo por parte de ninguno, caminamos hasta la falda de los dos repechos de Bujalance, hay regulamos el grupo venia echándonos el aliento en el cogote, pero seguimos a lo nuestro en ese momento Zuri se empieza a quedar, decidimos con una simple mirada no levantar. Llegamos al mas duro de los repechos Carmona me indica que mi relevo siga hasta la falda del repecho que el sigue hasta arriba solo, lo hago y después de eso Rafa tira, cuando faltan 50 m me indica que me haga una serie final muy dura, el grupo viene cerca y hay que intentar despegarlos, lo hago un aire duro fuerte que no deja caminar nos hace la escapada muy dura, pero conseguimos sacar los minutos que necesitamos para hacer que toda la escapada sea buena, por detrás vemos que el personal viene muy tocado, y que cada ves les sacamos mas, los km caen y por fin después de muchos repechos largos y pesados con el dios eolo castigandonos de firme por la osadía de plantarle cara, vemos por fin el final o casi final de la etapa, VILLA DEL RIO, entreno perfecto, una media buena, y el sabor de boca del que se consigue escapar y concluir lo que inicio.


Cosa compleja sacar fotos hoy, el aire me impidió hacer fotos por el peligro de un bandazo y caernos, así que no hay fotos de la escapada pero si de la vuelta.

Víctor y Carmona.

Alvarez.

Salimos de Villa del Río, el café y un ratito de comentarios, la vuelta la hicimos por donde fuimos, esto es un puerto largo y duro de unos 10 km de subida, de repecho en repecho, lo bonito los Olivos, de un caminar de entre mares con colores verdes, con aires de olores aceitosos, caminos de oro liquido caminos con los amigos en días de batallas saladas, batallas sin dolor pero con sufrimiento, momentos de gloria, momentos verdes, momentos inolvidables, entre olivos y vientos.

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