Por fin victoria italiana en el Giro tra la duodécima etapa, con un final de infarto donde algunos favoritos como Vinokourov, Evans, Nibali o Basso han vuelto a recuperar segundos en la general. Filippo Pozzato (Katusha) fue el más rápido en la meta de Porto Recanati.
La siesta no fue, ni mucho menos, por una etapa aburrida o por una simple llegada para se luciera Tyler Farrar. Todos los gallos que este miércoles perdieron, unos la maglia rosa y otros muchos minutos y credibilidad, intentaron redimirse en el último falso llano antes de llegar por segunda vez a la meta de Porto Recanati.
Los que se durmieron fueron los grandes beneficiados de la fuga de masas, y también el líder Richie Porte. Ni Caisse d'Epargne ni Cervélo avistaron ni reaccionaron ante la emboscada final que tenían preparada Basso, Nibali, Vinokourov y Cadel Evans. La intención era dinamitar el final y recuperar algún segundo, y lo consiguieron.
La escapada consentida compuesta por Flens (Rabobank), Kaisen (Omega Pharma-Lotto) y Krivtsov (Ag2r), se quedó en nada cuando restaban veinte kilómetros para el final de la etapa. Entonces decidieron saltar de gran grupo Pinotti (Columbia), Voeckler (Bbox), Failli y Garzelli (Acqua e Sapone). En pocos segundos también se pusieron a rueda Vinokourov (Astana), Scarponi (Androni), los líderes de Liquigas y Cadel Evans (BMC).
Eran conscientes de que se podía recuperar muy poca parte del terreno perdido tras la histórica jornada en Los Abruzzos. Coronaron rápido y enfilaron los kilómetros finales con más de veinte segundos de ventaja. Una vez formada la escabechina, ni Cervélo ni los Caisse supieron o quisieron reaccionar. Los esfuerzos tan sólo eran del Garmin por intentar lograr su hat trick de victorias.
Cerca de meta, Vinokourov fue el primer en lanzarse a por la victoria y a por el premio de los veinte segundos extra, pero no contó con que sacó su furia demasiado pronto y en que Pozzatto no tenía ningún rival más rápido para impedirle su primera victoria de 2010 y el estreno italiano en este Giro. Thomas Voeckler estuvo a punto de evitarlo, pero, por fin, un triunfo se quedó en casa.
Los únicos cambios significativos en la general fueron, precisamente, los recortes de diez segundos de todos los favoritos que se arruinaron el miércoles.
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