la 'Máquina Verde' ha volado en la contrarreloj por equipos de Cuneo y coloca a Vincenzo Nibali con la maglia rosa, desbancando a Alexandr Vinokourov. El joven italiano ya no va de tapado y se convierte en el principal aspirante para ganar este Giro.
Los focos y las apuestas daban como ganador a una escuadra anglosajona. Y los pronósticos no iban nada desencaminados cuando el Sky, con dos corredores descolgados en meta por abusar de watios y cuadríceps, marcaba el mejor crono en la Piazza Centrale de Cuneo con 36:50 minutos.
Se veían ganadores al bajar de los 37 minutos. Los tiempos del otro gallo de la potencia en el primer intermedio dejaban 20 segundos por el camino. Parecía que no iba a ser la tarde del HTC Columbia, pero Rabon, Pinotti, Greipel y compañía apretaron los dientes en los últimos kilómetros para salvar su honor y esas apuestas colectivas, con el tercer mejor tiempo.
Y es que a causa de Liquigas esta primera toma de contacto en territorio italiano dejó de ser un mano a mano anglosajón. El equipo de casa, el verde, el italiano, el de Nibali y Basso, partió el reloj en mil pedazos e hizo que Astana tuviera que subirse directamente a la moto para que Vinokourov conservara el liderato.
La Máquina Verde paró el crono en 36:37, todo un hito al batir los watios y los segundos de Wiggins y compañía. Encima, ya eran conscientes de que con ese tiempo iban a vestir de rosa a Vincenzo Nibali, el corredor que vino de tapado a este Giro para sustituir a Pellizotti y que se va a quedar como máximo aspirante a la victoria final en Verona.
Su objetivo iba a ser el podio en París el próximo mes de julio, pero oportunidades como esta no hay que dejarlas escapar, o si no que se lo pregunten a Alberto Contador en 2008. El Tiburón de Verona ya es el líder de la prueba y ahora, de forma indiscutible, camina hacia su primera grande.
En la general se queda su compañero, y puede que a la vez rival, Ivan Basso a 13 segundos. El resto de favoritos están alejados, aunque no tanto como para lamentarse con, por ejemplo, Carlos Sastre. Cervélo estuvo a la altura marcando un nada desdeñable 37:15.
Falta por ver cómo gestionará Liquigas este liderazgo y ver si Nibali prefiere sufrir en Francia o quiere mirar a todos por encima del hombro en Verona. Montaña, modificaciones y crisis internas mediante, este Giro sigue siendo interesante desde prácticamente la primera etapa. Este jueves otra jornada llana entre Novara y Novi Ligure, con 168 kilómetros.
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