No es la primera vez que esto le ocurre a un deportista español en territorio galo, si no que se lo pregunten a Rafa Nadal, Fernando Verdasco o cualquiera de nuestros tenistas.
Parece que a parte del público en Bagnères de Luchon no le gustó que Alberto Contador se enfundara el maillot amarillo después del fallo mecánico de Andy Schleck cuando el hasta hoy líder había lanzado su ataque.
Una vez que el madrileño acudió al podio para que le fuera puesta la prenda que le acredita como nuevo líder del Tour de Francia, tuvo que escuchar algún silbido. Después de esta forma de protestar de los presentes, franceses en su mayoría, cabe preguntarse por qué expresaron de esta forma su malestar al campeón español.
Algo habitual en Francia
A primera vista se puede recurrir a los tópicos de siempre, es decir, que en Francia están cansados que los españoles ganen su carrera (el último francés en ganarla fue Bernard Hinault en 1985), o que no tragan a algunos de nuestros tenistas que también acostumbran a ganar en la tierra de Roland Garros. De hecho, el caso más significativo es el de Rafa Nadal cuando perdió en octavos en 2009 frente al sueco Robin Soderling.
Independientemente de estas supuestas fobias, pese a que Voeckler fue muy aplaudido (como es lógico) tras ganar la etapa y los abucheos a Contador, que también constata el diaro francés y oficial de la carrera, L'Équipe, hay que analizar las razones deportivas que puedan justificar estos silbidos.
Andy Schleck atacó primero y tuvo la avería en su cadena. Por detrás venía Vinokourov, quien saltó a su ataque y una vez que fue consciente del parón del luxemburgués, Contador salió por la parte derecha en otro latigazo. El final de la etapa deparó la pérdida del maillot de líder por parte de Schleck, y la gente se pregunta si el madrileño tendría que haberle esperado.
Sí le esperaron en Spa
Alberto y el resto del pelotón, ordenados por Fabian Cancellara, sí esperaron y organizaron una especie de huelga en la segunda etapa con final en Spa cuando Andy Schleck se cayó. Un día después, Cancellara y Andy no esperaron a nadie en la etapa de pavé, pese a la caída de Frank Schleck y la avería en el freno de Contador, que hizo que perdiera un puñado de segundos.
Entonces, ¿dónde está la queja del público? ¿Esperó Merckx a Ocaña cuando se cayó en Mente? ¿Y Armstrong a Beloki tras su caída en Gap? ¿O Fernando Alonso cuando averió el coche de Michael Schumacher cuando ganó su primer Mundial? ¿Dijo Neuer al árbitro del Alemania-Inglaterra cuando vio claramente que entró el gol de Lampard? Podríamos poner cientos de casos en estos párrafos.
La línea entre el fair play y el hecho de competir y conseguir un objetivo es muy estrecha y con lo mucho que se están jugando Alberto Contador, además de Denis Menchov o Robert Gesink, es más que discutible. Igual que hacerse la pregunta de que si fue una avería o un fallo a la hora de cambiar de marcha de propio Schleck.
Un galo le defiende
El ex ciclista Laurent Jalabert y ahora comentarista de la emisora de radio francesa RTL, no ha dudado en defender a Alberto Contador señalando que esos silbidos a Contador han sido "una vergüenza". Además, el ex corredor no es sospechoso de practicar juego sucio en el ciclismo, ya que en la Vuelta de 1995 dejó ganar a Deidz (Telekom) en Sierra Nevada después de que llevara escapado más de 200 kilómetros.
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