Victoria de Alberto Contador en el Alpe d'Huez, pero el líder Janez Brajkovic conserva el amarillo tras no soltar la rueda del madrileño durante todos sus ataques.
No puede decirse que el campeón del Tour no fuera a por el amarillo de esta Dauphiné. La ascensión final al Alpe d'Huez vio como Alberto lo intentaba y, a la vez, cómo no encontraba la manera de despegar de su rueda a un Janez Brajkovic que ni tan siquiera tenía que levantarse de su sillín para frenar sus constantes acometidas.
Antes de los movimientos finales, el Glandon se coronó con protagonismo español. El siempre presente Egoi Martínez (Euskaltel) llegó en solitario con Óscar Pujol (Cevélo) y detrás el resto de la fuga del día, donde tras el descenso del primer coloso, el protagonismo también pasó a manos de otros como Maxime Bouet (Ag2R), Stephan Denifl (Cervélo) y Remi Di Gregorio (Française des Jeux). El nutrido grupo se mantuvo en pequeños trozos hasta que comenzó la ascensión final.
El caso es que mientras Pujol lo intentaba en solitario hasta la mitad del Alpe d'Huez, el ritmo que imprimía un Astana sólido con Tiralongo, Dani Navarro, Jesús Hernández y el propio Contador no intimidó, ni tan siquiera hizo ningún daño, a un Brajkovic que tan sólo pedaleaba con un socio de equipo, Chris Horner. Se dejó ver Denis Menchov (Rabobank), pero tan sólo fue un espejismo, como los vanos intentos de resistir de un valiente Tejay Van Garderen (HTC Columbia).
Los peones celestes iban cayendo tras superar los primeros muros y las primeras curvas comprometidas. Primero Navarro, Tiralongo y por último un incansable Hernández. Alberto tenía que hacer el resto y decidió probar cuando todavía quedaba más de media ascensión al mito. El resto de la historia fue un mano a mano entre el español y esloveno, pese a encontrarse en los últimos kilómetros con Jurgen Van den Broeck (Omega Pharma), Sylvester Szmyd (Liquigas) y Jerome Coppel (Saur).
Sólo el polaco parecía inquietar las ganas de Contador. Tras amagar durante unos metros, la subida volvió a quedar en el mano a mano definitivo entre los dos protagonistas finales. Brajkovic, sobradísimo durante toda la etapa, vio como el campeón del Tour disparaba en meta. Supo esquivarlo porque retendrá un amarillo que, aunque haya dicho y mantenga lo contrario, el pinteño quiso para si mismo.
La etapa final de esta Dauphiné apenas tendrá una dificultad montañosa en el ecuador de la etapa y cinco subidas consecutivas a Domancy hasta entrar en la meta de Sallanches. Ahí, salvo cataclismo, Janez Brajkovic acabará de presentarse en sociedad al mundo del ciclismo. Otra revelación de este 2010.
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